Reflexiones y escritos del Comandante en Jefe
Ike Financiero (18 septiembre 2008)
Dos veces la misma mentira (18 septiembre 2008)
El papel de bueno, ¿a costa de quién? ( 16 septiembre 2008)
Carta del compañero Fidel a Randy Alonso, director del programa informativo "Mesa Redonda" (10 septiembre 2008)
Asediados por los huracanes (07 septiembre 2008)
El huracán (31 agosto 2008)
Lo que no se dijo sobre Cuba (26 agosto 2008)
Para el honor, Medalla de Oro (24 agosto 2008)
Carne de cañón para el mercado (11 agosto 2008)
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 10
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 9
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 8
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 7
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 6
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 5
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 4
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 3
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 2
IR A REFLEXIONES DEL COMANDANTE 1
"No es que no
estemos preocupados. Estados Unidos es la mayor economía del mundo y el mayor
importador."
Concluyó sus palabras afirmando: "Veo con cierta tristeza bancos importantes,
muy importantes, que pasaron la vida dando consejos sobre Brasil y sobre lo que
teníamos que hacer o no, y que ahora están quebrados o entraron en bancarrota."
Los vientos huracanados del Ike financiero también amenazan a todas las
"provincias" del mundo. El pronóstico meteorológico es incierto; se viene
hablando de él hace semanas, y ráfagas de más de 200 kilómetros por hora se
hacen sentir. Como dice Rubiera, de una categoría a otra su poder destructivo se
eleva al cuadrado.
Es muy difícil seguir de cerca y comprender las cifras fabulosas de dinero
fresco que se inyectan a la economía mundial. Son grandes dosis de papel moneda,
que conducen inevitablemente a la pérdida de valor y capacidad adquisitiva.
El crecimiento de los precios es inevitable en las sociedades consumistas y
desastroso para los países emergentes, tal como lo señala Lula da Silva. Si el
más grande importador del mundo deja de importar, golpea al resto; si sale a
competir, golpea a los demás productores.
Los grandes bancos de los países desarrollados imitan y tratan de coordinar con
los de Estados Unidos; si los de este quiebran, los de aquellos también, y se
devoran unos a otros.
Los paraísos fiscales prosperan; los pueblos sufren. ¿Acaso así podría
garantizarse el bienestar de la humanidad?
Fidel Castro Ruz
Septiembre 18 de 2008
8 y 46 p.m.
Reflexiones de Fidel Castro:
Dos veces la misma mentira
Basta con ver los cables.
En la reflexión antes de ayer expresé que Cuba no aceptaría donación alguna del
gobierno que nos bloquea y que en la Nota diplomática entregada a la Oficina de
Intereses de Estados Unidos se solicitaba la autorización para que las empresas
norteamericanas nos vendieran material de construcción; la misma no mencionaba
en absoluto los alimentos. Se añadía la solicitud de que el comercio de tales
materiales se realizara en términos normales, incluidos créditos, lo cual es
elementalmente lógico con relación a un país que ha pagado al contado a lo largo
de ocho años los pocos rubros que se autoriza exportar a Cuba.
Tal solicitud se justificaba aún más en la situación de emergencia creada por el
azote de los huracanes.
Fue precisamente George W. Bush quien, después que el huracán Michelle azotara
con violencia la isla el 4 de noviembre de 2001, autorizó la venta de productos
agrícolas a Cuba, incluyendo la madera como cosecha de la silvicultura bastante
desarrollada en aquella nación. No insistió en la inspección in situ cuando,
igual que ahora, se le respondió que ya la habíamos hecho. Los alimentos
constituyeron el principal rubro importado. En pocas semanas se importaron 4,4
toneladas, una vez cumplimentados con rapidez los trámites pertinentes.
En el 2002 se adquirieron 173,6 millones de dólares; en el 2003, 327 millones;
en el 2004, 434,1 millones; en el 2005, 473 millones; en el 2006, 483,3
millones; en el 2007, 515,8 millones, y en el 2008, 425 millones en el primer
semestre del año. Creció, como puede apreciarse, año por año, y en el actual es
posible que, después del demoledor impacto de dos huracanes, el país tenga que
importar sólo de Estados Unidos una cifra mucho mayor, en especial si se tiene
en cuenta que los precios se han elevado considerablemente y el colosal golpe
que sufrió la agricultura.
El gobierno de ese país presentó a la opinión mundial una autorización para la
venta de productos alimenticios y madera, cual si fuese una decisión nueva
relacionada con los dos huracanes, Gustav y Ike. Una completa tomadura de pelo.
¿Qué afirmó el vocero del Departamento de Estado? El domingo 14 de septiembre
declaró que desde la llegada del Gustav a Cuba Estados Unidos autorizó 250
millones de dólares en ventas agrícolas a la isla incluyendo madera. Antes el
Ministro de Comercio de ese país había descartado todo crédito comercial.
El 16 de septiembre de nuevo el Departamento de Estado declaró que Estados
Unidos autorizó licencias como ayuda ante la catástrofe provocada por los dos
huracanes, y que las licencias agrícolas incluían "madera, un material
importante para la reconstrucción".
Además de las mentiras, con qué argumento trataron de justificar la prohibición
a las empresas norteamericanas de conceder créditos para comerciar normalmente
con Cuba: "El gobierno de Estados Unidos tiene que respetar las leyes del
Congreso." Se supone que el bloqueo es ley congresional en virtud de una pérfida
percha tipo Enmienda Platt. El Presidente de Estados Unidos puede declarar la
guerra sin consultar al Congreso -algo inédito en la historia de ese país- y no
puede sin embargo autorizar a una empresa norteamericana a comerciar normalmente
con Cuba.
En el mensaje enviado al presidente de la República Bolivariana de Venezuela,
Hugo Chávez, en el que le relataba experiencias de nuestra Revolución, escribí:
por "el bloqueo económico despiadado y absoluto no podría adquirirse ni un
kilogramo de alimentos. Esto cambió en algo 30 años después, por presión de los
agricultores, pero lo acompañaron con trabas financieras y monetarias leoninas."
El propio líder revolucionario venezolano ha divulgado en parte ese mensaje.
Todo es obvio y claro.
Usando dos veces la misma mentira, el Departamento de Estado no ha tenido reparo
alguno en engañar a la opinión mundial, y lo hacen de forma cínica.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 18 de 2008
12 y 20 p.m.
Reflexiones de
Fidel Castro
El papel de bueno, ¿a costa de quién?
Cuando el gobierno de Estados Unidos ofreció hipócritamente 100 mil dólares como
ayuda frente a la catástrofe ocasionada por el huracán Gustav previa inspección
in situ para comprobar daños, se le respondió que Cuba no podía aceptar donación
alguna del país que nos bloquea; que ya habían sido calculados los daños y lo
que reclamábamos era que no se prohibiera la exportación de los materiales
indispensables y los créditos asociados a las operaciones comerciales.
Algunos en el Norte se desgañitaron gritando que era inconcebible el rechazo de
Cuba.
Cuando el Ike pocos días después azotó el país desde Punta de Maisí al Cabo de
San Antonio, los vecinos del Norte fueron un poco más hábiles. Dulcificaron el
lenguaje. Hablaron de aviones listos para partir con productos por valor de
cinco millones de dólares; que no sería necesario evaluar, porque ya lo habían
hecho por sus propios medios, que no pueden ser otros que los de espiar a
nuestro país. Esta vez sí que pondrían en aprietos a la Revolución —pensaban—;
si se atrevían a rechazar la oferta, se buscarían problemas con la población.
Tal vez se creyeron que nadie había visto las imágenes divulgadas por la
televisión de Estados Unidos cuando las fuerzas de ocupación de la ONU repartían
alimentos en Haití a la población hambrienta que se los disputaba a través de
una cerca de alambres de púa, dando lugar incluso a niños heridos.
El hambre en ese país es fruto del saqueo histórico y despiadado de los pueblos.
Allí mismo, en Gonaïve, nuestros médicos arriesgaban su vida asistiendo a la
población de esa ciudad, así como lo hacen en casi el ciento por ciento de los
municipios de esa nación. Esa cooperación prosigue allí como en decenas de
naciones del mundo, a pesar de los huracanes. A la nueva y astuta Nota, se le
respondió categóricamente: "nuestro país no puede aceptar una donación del
gobierno que nos bloquea, aunque está dispuesto a comprar los materiales
indispensables que las empresas norteamericanas exportan a los mercados, y
solicita la autorización para el suministro de los mismos, así como de los
créditos que son normales en todas las operaciones comerciales.
"Si el gobierno de Estados Unidos no desea hacerlo definitivamente, el de Cuba
solicita que al menos lo autorice durante los próximos seis meses, en especial
si se toman en cuenta los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike, y
que aún faltan los meses más peligrosos de la temporada ciclónica."
No se hacía con altanería, porque no es el estilo de Cuba. En la propia Nota se
puede apreciar cómo se expresaba con modestia la idea de que nos bastaba con que
se suspendiera la prohibición por un limitado período de tiempo.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, descartó el
viernes 12 que se levantara de forma temporal el bloqueo.
Es obvio que el gobierno de ese poderoso país no puede comprender que la
dignidad de un pueblo no tiene precio. La ola de solidaridad con Cuba, que
abarca a países grandes y pequeños, con recursos y hasta sin recursos,
desaparecería el día en que Cuba dejara de ser digna. Se equivocan rotundamente
los que en nuestro país se disgusten por ello. Si en vez de cinco millones
fuesen mil millones, se encontrarían la misma respuesta. El daño en miles de
vidas, sufrimientos y más de 200 mil millones de dólares que han costado el
bloqueo y las agresiones yanquis, no pueden pagarse con nada.
En el informe oficial parcial se le explicó al pueblo que en menos de diez días
el país había sido afectado en más de cinco mil millones de dólares. Pero
también se explicó que esas cifras eran a precios históricos y convencionales,
que nada tenían que ver con la realidad. No debe ser olvidada nunca la
explicación bien clara de que "los cálculos de las pérdidas en viviendas son
sobre la base de precios históricos y convencionales, y no los valores reales a
precios internacionales. Baste señalar que para disponer de una vivienda
duradera que resista los más fuertes vientos, se requiere un elemento
indispensable que escasea mucho: la fuerza de trabajo. Esta se necesita lo mismo
para una reparación temporal que para una construcción duradera. Dicha fuerza
hay que repartirla en todos los demás centros de producción y servicios, algunos
significativamente dañados, por lo que el valor real de una vivienda en el mundo
y la amortización de la inversión correspondiente es muchas veces mayor."
El golpe de la naturaleza fue contundente, pero también es alentador conocer que
no habrá tregua ni descanso en nuestra lucha.
La crisis económica que golpea a Estados Unidos, y como consecuencia a los demás
pueblos del mundo, no tiene respuesta definitiva; en cambio, sí la tienen los
desastres naturales en nuestro país y todo intento de poner precio a nuestra
dignidad.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 16 de 2008
7 y 54 p.m.
Carta del compañero Fidel a Randy
Alonso, director del programa informativo "Mesa Redonda"
Especial para Cubadebate
2008-09-10
Querido Randy:
La Mesa Redonda de ayer fue especialmente interesante y muy valiosa la
información. Es una lástima que a esa hora la isla entera estuviese sin
electricidad, desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio. Solo algunas
casas familiares, resisten fuertes vientos, del Reparto "Camilo Cienfuegos",
tenían luz. Allí llegaba el cable soterrado conectado con el grupo electrógeno
del Hospital "Luis Díaz Soto".
Cuando esa vital energía de nuestra época está ausente, todo falta y nada
funciona. Nos hace añorar el día en que todas las viviendas capaces de resistir
huracanes, de las que hablé hace unos días, reciban electricidad por vía
soterrada. Desgraciadamente, eso llevará tiempo y grandes gastos.
Por un segundo imaginé qué habría sido de los habitantes de nuestra isla ante un
desastre natural como el que acaba de ocurrir, sin la Defensa Civil y los puntos
vitales de servicios a la población, como hospitales, policlínicos, panaderías,
centros de información y otras actividades similares, no hubiesen dispuesto de
energía eléctrica.
Las imágenes de hogares e instalaciones destruidas, las cosechas arruinadas, los
árboles derribados, los ríos desbordados, las casas invadidas por las aguas en
territorios llanos, personas arrastradas por la fuerza de las corrientes rápidas
de agua y salvadas con desesperados esfuerzos, eran desoladoras. Pienso que
deberían retransmitirse en el futuro algunas de ellas para que los que tenían
sus televisores apagados las puedan presenciar.
No debieran olvidarse nunca las escenas de los hombres de las Fuerzas Armadas y
sus tropas especializadas llevando a cabo misiones de ayuda y de apoyo a la
población y a las víctimas. Impresionaban las acciones del Cuerpo de Bomberos
arriesgando la vida, en peligrosas corrientes de agua, para ayudar a sus
compatriotas.
Hace falta entrenamiento riguroso y valentía para cumplir esas tareas. Solo en
circunstancias excepcionales se conoce que esos hombres existen y se preparan en
silencio para los momentos críticos. Confieso que fueron emocionantes las
escenas en que José Ramón Machado Ventura y Ramón Espinosa Martín, Primer
Vicepresidente del Consejo de Estado y Jefe del Ejército Oriental,
respectivamente, curtidos por la lucha, junto a compañeros más jóvenes,
presidentes de los Consejos de Defensa, visitaban sin descanso los lugares más
golpeados e indicaban de inmediato las medidas a tomar. Otro tanto ocurría con
otros altos dirigentes del Partido, junto a Joaquín Quinta Solá, ex Jefe del
Ejército Central y actual Viceministro de las FAR y Leopoldo Cintra Frías, Jefe
del Ejército Occidental, y los presidentes de los Consejos de Defensa en
provincias y municipios visitados.
Vi con más claridad que nunca el valor de los símbolos. Las banderas cubanas
brillaban como nunca antes sobre los hombros de los cuadros del Partido, fuesen
mujeres u hombres, en la hora de la prueba difícil. Son los factores subjetivos
sin los cuales todo estaría perdido y sin los cuales no sería posible la
victoria.
El trabajo de los reporteros que no dormían ni descansaban, desafiando a veces
lluvias y vientos, ha sido excelente, informando al país de los acontecimientos,
transmitiendo verdades, ejemplos y experiencias que nos hacen sentir que somos
parte de una comunidad nacional intervinculada con todos los habitantes del
planeta. Los pueblos nos hacen llegar sus mensajes de solidaridad, aunque gran
parte sufre de la pobreza y los azotes de la naturaleza que las sociedades de
consumo y sus tecnologías sofisticadas están conduciendo a un punto incompatible
con la propia supervivencia humana.
Vendrá ahora el análisis de los factores objetivos, el uso racional y óptimo de
los recursos materiales y humanos; qué debe hacerse en cada lugar concreto,
dónde debe o no invertirse; qué hacer con cada centavo; responder a cada
pregunta de lo que debe hacerse en situaciones de emergencia y en circunstancias
de normalidad en que todo vuelve a su cauce, agua y aire, y la vida normal de
niños, adolescentes y adultos sigue adelante, preparados siempre para luchar y
vencer sin desanimarnos jamás ante las adversidades de hoy o de mañana.
¡Nuestro deber es vencer!
Fidel Castro Ruz
Septiembre 10 de 2008
12 y 14 p.m.
Reflexiones del
compañero Fidel
Asediados por los huracanes
No nos habíamos repuesto todavía del impacto emocional y los daños materiales
ocasionados por el huracán Gustav en la Isla de la Juventud y Pinar del Río, con
vientos de fuerza inusitada, cuando comenzaban a llegar noticias de las
invasiones del mar por el Hanna, y la peor de todas: que el huracán de gran
intensidad Ike, girando hacia el suroeste debido a la presión de un fuerte
anticiclón al norte de su trayectoria, batiría más de mil kilómetros a lo largo
y ancho del territorio nacional.
esto significa finalmente que todo el país será afectado por los tres huracanes,
y en algunos puntos, dos veces.
¿Dónde quedarán un racimo de plátanos, una fruta o los vegetales de un huerto
intensivo? ¿Dónde un cultivo de frijoles y otros granos? ¿Dónde un campo de
arroz o caña? ¿Dónde un centro de producción avícola, porcina o lechera? Toda la
nación ahora está en lo que en guerra se llama alarma de combate.
Los problemas planteados en la reflexión que calificaba al Gustav de golpe
nuclear se han multiplicado. Los principios que deben guiar nuestra conducta
siguen siendo iguales, sólo requieren esfuerzos incomparablemente mayores.
La Defensa Civil no perdió un minuto. Los que ostentan responsabilidades en el
Partido y el Gobierno se han movido en todas partes. Los cuadros deben exigir
disciplina, contener emociones y ejercer autoridad. La televisión, la radio y la
prensa escrita asumen una gran responsabilidad en el ejercicio de sus tareas
informativas.
El mundo ha observado con admiración la conducta de nuestro pueblo frente a los
azotes de Gustav. Mientras los enemigos se frotaban cínicamente las manos, los
amigos, como se ha evidenciado, son muchos y están decididos a cooperar con
nuestro pueblo. Las semillas de solidaridad sembradas durante largos años
fructifican por todas partes. Aviones rusos y de otros países llegaron rápido
desde miles de kilómetros de distancia con productos que se miden no por su
volumen o su precio, sino por su significado. Donaciones de pequeños Estados
como Timor Leste, mensajes de países importantes y amistosos como Rusia, Viet
Nam, China y otros, expresaron la disposición de cooperar todo lo posible en los
programas de inversión que debemos acometer de inmediato para restablecer la
producción y desarrollarla.
La hermana República Bolivariana de Venezuela, y su presidente Hugo Chávez, han
adoptado medidas que constituyen el más generoso gesto de solidaridad que ha
conocido nuestra patria.
Pienso que por duros que sean los golpes recibidos y por recibir, nuestro país
está en condiciones de salvar vidas de cubanos, y las familias recibirán ayuda
material y alimentaria el tiempo necesario hasta que se recupere en el más breve
plazo posible la capacidad de producir alimentos. Esa ayuda no puede ser igual
en todos los municipios, porque no en todos son iguales los daños ni igual el
tiempo que cada uno requiera para recuperarse.
Estamos asediados en este instante por los huracanes. Más que nunca se impone la
racionalidad y la lucha contra el derroche, el parasitismo y el acomodamiento.
Hay que actuar con absoluta honestidad, sin demagogia ni concesión alguna a la
blandenguería y el oportunismo. Los militantes revolucionarios tienen que ser
ejemplo. Deben dar y recibir confianza. Entregarlo todo por el pueblo, hasta la
vida si fuera necesario.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 7 de 2008
5 y 29 p.m.
Reflexiones de Fidel Castro
Un golpe nuclear
No exagero. Es la expresión más generalizada de muchos compatriotas. Es la
impresión del Jefe del Estado Mayor General de las FAR, Álvaro López Miera, un
militar experimentado, cuando vio en la Isla de la Juventud las torres de acero
retorcidas, las casas convertidas en ruinas y la destrucción por todas partes.
"Ha sido un duro golpe, no podía siquiera imaginarlo", dijo con voz desgastada
por el esfuerzo, pero firme y resuelta, Ana Isa Delgado, Secretaria del Partido
y Presidenta del Consejo de Defensa del importante municipio. "¡Es lo nunca
visto en los casi 50 años que vivo aquí!", exclamó un vecino con asombro. Un
joven soldado, que descendía de un carro anfibio, gritó: "¡Demostraremos que
estamos dispuestos a dar la vida por el pueblo!"
En Herradura, el General de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, al
observarlo todo convertido en ruinas, mirando a su alrededor, compartía su
asombro y admiración por la valentía de la población, y expresó: "Esto es ver
una explosión nuclear." Él estuvo cerca de verla en el Suroeste de Angola, si
los racistas surafricanos hubieran decidido lanzar contra las tropas cubano-angolanas
una de las siete bombas que el gobierno de Estados Unidos les suministró. Era,
sin embargo, un riesgo calculado y las tácticas más convenientes fueron
adoptadas.
Junto a Polo estaba Olga Lidia Tapia, primera secretaria del Partido y Jefa del
Consejo de Defensa de la provincia, sin dudar un segundo de los frutos del
esfuerzo y la determinación de sus compatriotas.
Con toda franqueza me atrevo a decir que las fotos y vistas fílmicas de lo que
transmitían el domingo por la televisión nacional me recordaban la desolación
que vi cuando visité Hiroshima, que fue víctima del ataque con la primera bomba
atómica en agosto de 1945.
No en balde se afirma que un huracán despliega una enorme energía, tal vez
equivalente a miles de armas nucleares como aquellas que fueron lanzadas sobre
las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Valdría la pena que algún físico o
matemático cubano hiciera los cálculos pertinentes y lo expusiera de forma
comprensible.
Ahora la batalla es alimentar a las víctimas del huracán. La dificultad no está
en restablecer cuanto antes la electricidad. El problema en Isla de la Juventud
es que, de 16 panaderías, todas con horno eléctrico y equipo electrógeno, sólo
dos podían funcionar de inmediato; las edificaciones habían sido afectadas.
Necesitaban recibir pan o galletas. Las cifras de tejas y materiales necesarios
en este momento para las viviendas son elevadísimas. En la Isla de la Juventud
hay mar de por medio. No basta con cargar camiones de alimentos y materiales
para hacerlos llegar directamente.
Nuestras Fuerzas Armadas han enviado personal especializado en aeródromos y
transporte aéreo y terrestre. De día y de noche, auxiliados por grupos
electrógenos, los aviones pueden aterrizar en el aeropuerto de la Isla. Tienen
la misión de librar su batalla por la población sin derroche alguno de recursos.
Con el mismo espíritu actuarán en los lugares arrasados de Pinar del Río. Todos
los organismos tienen sus tareas asignadas, todos son importantes. Pero los
bienes no salen de la nada. Compartir implica sacrificios. No nos demos el lujo
de olvidarlo dentro de unos días.
El hecho adverso debe servir para trabajar con más eficiencia cada día y el
empleo justo y racional de cada gramo de material. Tenemos que luchar contra
nuestras superficialidades y egoísmos. Cien millones de dólares significan sólo
nueve dólares por habitante, y necesitamos mucho más. Necesitamos 30 veces, 40
veces esa cifra sólo para paliar nuestras necesidades más elementales. Tal
esfuerzo debe salir del trabajo del pueblo. Nadie lo puede hacer por nosotros.
Es evidente que nuestra capacidad de divulgación se ha multiplicado y nuestra
población, que sabe leer y escribir posee además elevados niveles de
escolaridad.
Kcho, el pintor, se había trasladado por aire a la Isla de la Juventud, el
pedazo de Cuba que lo vio nacer y nos hizo llegar una carta sobre la alta moral
de los pineros. Selecciono párrafos de la misma:
"Querido Fidel:
"Me pareció importante, desde que llegué a la Isla y pude ver con mis propios
ojos y sentir con mi cuerpo todo lo que estaba pasando, ponerme en contacto con
Richard para que usted conociera la terrible situación que estaba aconteciendo
en el Municipio Especial.
"No tengo palabras para expresar la realidad de lo que vi ayer en la Isla de la
Juventud. En mis 38 años no había visto nada parecido y las personas con las que
he hablado en mi territorio no habían visto nada peor, pero increíblemente
tienen aún la moral por el cielo¼ muchos han perdido sus casas, y casi todos
tienen sus pertenencias, camas, colchones, televisores, refrigeradores, etc.,
destruidos; la mayor parte de la población está en esa situación; se calcula que
de las 25 000 viviendas que hay en la Isla —todavía en estos momentos no es la
cifra definitiva—unas 20 000 están afectadas de alguna forma, y de esas 20 000,
unas 10 000 están sin cobertura o destruidas totalmente."
"¼ la brigada de 52 linieros camagüeyanos estuvo trabajando hasta las 3 de la
mañana y hoy comenzaron de nuevo a las 6:30 a.m. con tremenda disposición; están
esperando a un grupo de 60 y tantos de Holguín¼ "
"¼ existen todavía muchos problemas, como por ejemplo viviendas destruidas por
el huracán Michelle en 2001, esperando resolverse.
"Hay problemas serios con la alimentación¼ Actualmente la Isla es como una
prisión, por la insularidad, aunque ya se han restablecido los vuelos¼ El dinero
no tiene ningún valor, no hay qué comprar ni dónde comprar nada."
"La solidaridad humana está siendo el arma más importante en este momento. La
moral está alta pero eso no va a ser eterno; en los próximos días va a haber que
dar solución a algunas cosas. En la medida en que se vaya restableciendo el
servicio eléctrico, crear puntos de información donde las personas se puedan
reunir para saber lo que está pasando en el país y en el Municipio, o aunque sea
a oír música, a pasar el tiempo en colectivo."
"Actualmente el territorio ‘es un teatro de operaciones militares en una
tregua’, con la gente todavía alegre porque salvaron sus vidas, no pensando
todavía mucho en la pérdida de sus pertenencias, tratando de salvar lo que les
quedó, viendo cómo se ajustan a esa nueva condición, pero con el transcurso de
los días la moral de la gente puede decaer y llegar a la depresión."
"¼ las condiciones del hospital son infrahumanas y sólo la voluntad y la
convicción de hombres y mujeres revolucionarios hacen que funcione.
"El pinero es revolucionario y combativo, y allí está todo el mundo (pacientes,
familiares, equipo médico) trabajando muy intensamente. Ya están en la capital,
desde ayer a las 4 de la tarde aproximadamente, los 32 pacientes de
hemodiálisis, con un acompañante y enfermeras, que llevaban 48 horas sin el
tratamiento y se encontraban en buenas condiciones.
"El pinero sigue con su moral alta y feliz del trabajo de los organismos
responsables y de que no ha habido una sola pérdida de vida humana ni en Pinar
del Río ni en la Isla ni en Matanzas."
"Yo creo que para volver la Isla a lo que era antes va a haber que invertir
mucho tiempo de trabajo y muchos recursos, como si fuera una provincia, porque
ahora todo está devastado."
Con su carta, envía fotos elocuentes de la desolación; en el sobre, la silueta
de la Isla de la Juventud y en ella ondeando una bandera cubana.
Los excelentes pintores que solían acompañar nuestras batallas de ideas pueden
dejar constancia del episodio vivido y alentar a nuestro pueblo en su épica
lucha.
Orfilio Peláez nos hablaba en Granma de un huracán ocurrido en 1846 con récord
de presión mínima de 916 hectopascales, registrado por un equipo. Eso ocurrió
hace 162 años, cuando no había radio, televisión, cine, Internet y otros muchos
medios de comunicación, que a veces chocan unos contra otros, creando caos en
las mentes.
En aquel tiempo la población de Cuba era por lo menos 12 veces menor. Con
trabajo esclavo y semiesclavo, el país exportaba la mayor cantidad de azúcar y
también de café durante una parte considerable de ese siglo. No existía la
jubilación, el promedio de vida era muy inferior, y no se conocían casi las
enfermedades de la edad madura, o la educación masiva, que tantos brazos e
inteligencias demandan para su desarrollo. Los recursos naturales abundaban. Los
huracanes, aunque influían mucho, no significaban una catástrofe nacional. De
los cambios climáticos, bien distantes, ni siquiera se hablaba.
En el Granma de hoy martes, el propio periodista nos relata las proezas de
nuestro pueblo en su batalla por la recuperación y los frutos del esfuerzo de
los últimos años. Rubiera, el científico, por su parte, en el recorrido por
Pinar del Río observaba minuciosamente, entre las ruinas de la instalación del
Instituto de Meteorología en Paso Real de San Diego, el equipo de medir la
velocidad de los vientos que marcaba 340 kilómetros de velocidad cuando fue
destruido por fuertes ráfagas. Se anuncia que hoy hablará en la Mesa Redonda. Él
sostiene teorías que explican lo ocurrido. Juan Varela, por otra parte, habló de
los destrozos ocasionados en la mayor empresa de cultivos varios en Güira de
Melena, de la provincia de La Habana, que debía producir este año alrededor de
140 000 toneladas de viandas, granos y hortalizas. Las pérdidas, a mi juicio, a
precios internacionales, en horas de trabajo, productos alimenticios, equipos de
cultivo y riego, combustibles y otros gastos, son millonarias en esa sola
empresa.
Lo más impactante, sin embargo, por el drama humano que les correspondió
abordar, fue la información suscrita por el periodista Alfonso Nacianceno y el
fotógrafo Juvenal Balán: la odisea vivida por los cinco tripulantes del
Langostero 100 de Batabanó, provincia de La Habana. Habían recibido la orden de
regresar a puerto como todos los barcos pesqueros, a su debido tiempo. Por azar
se retrasaron. Desde el sábado se perdió con ellos la comunicación cuando el
huracán avanzaba rápidamente. Dos veces había dicho en reflexiones previas:
"¡Suerte que tenemos una revolución! Ningún ciudadano quedará abandonado a su
suerte."
Supe sobre la incomunicación con el langostero el mismo sábado, casi a
medianoche. Raúl me había dado noticias de lo que sucedía; confiaba en la
experiencia de los pescadores para lidiar con tormentas y ciclones. Me dijo que
enviaría al amanecer los medios necesarios para localizarlos. Tan pronto amainó
el tiempo comenzó la búsqueda, que llegó a reunir 36 embarcaciones, tres
helicópteros y dos aviones durante casi dos días. Del barco no se veía ni
rastro; encontraron sin embargo a los náufragos. Lo que cuentan es increíble;
los que conocen bien el mar saben lo que significa estar interminables horas
agarrados a un remo y después a una boya.
El milagro revolucionario se produjo, y los pescadores fueron rescatados.
No nos dejemos arrastrar por las ilusiones. Este huracán nos deja cien mil
viviendas golpeadas en mayor o menor grado y pérdida casi total de artículos
necesarios después de la tragedia, como explica en su carta Kcho.
¿Cuántas viviendas anticiclónicas, seguras, necesita Cuba? No menos de 1,5
millones de ellas para 3,5 millones de familias totales. Saquemos la cuenta del
costo internacional de tales inversiones, que se corresponde con los datos que
se manejan en el mundo.
Una familia en Europa debe pagar por lo menos 100 mil dólares, más intereses,
por los cuales aportan 700 dólares mensuales de sus ingresos durante 15 años.
Diez mil millones de dólares es el costo aproximado de cien mil casas para
familias medias en los países desarrollados, que son los que determinan los
precios de los productos industriales y alimenticios en el mundo. Habría que
añadirle el costo de las instalaciones sociales afectadas que deben ser
reconstruidas, las demás instalaciones económicas, más las requeridas para el
desarrollo.
Sólo de nuestro trabajo, reitero, podrán salir los recursos. Mientras las nuevas
generaciones lleven a cabo esa tarea, los hombres y mujeres que habitan esta
isla requieren de la solidaridad, el valor y la combatividad mostrada por los
pinareños y pineros.
El imperio atraviesa en estos momentos por una prueba difícil en la segunda
mitad del año, la de su capacidad de resolver dificultades que cuestionan su
tren de vida a costa de los demás pueblos. Ahora necesitan un cambio de timón.
Bush y Cheney han sido casi marginados de la campaña republicana por
guerreristas e indeseables. No se discute sobre un cambio de sistema, sino sobre
cómo mantenerlo con menos costo.
El imperialismo desarrollado terminará matando a todos los que intenten penetrar
sin permiso dentro de su territorio para convertirse en esclavos asalariados y
consumir algo. Ya lo están haciendo. Es muy grande el chovinismo y el egoísmo
que el sistema crea.
Lo sabemos y continuaremos desarrollando la solidaridad, nuestro mayor recurso
dentro y fuera de la patria.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 2 de 2008
6 y 17 p.m.
(Tomado de Cubadebate)
Reflexiones de Fidel Castro
El huracán
En la última reflexión, firmada el pasado martes 26 de agosto en horas de la
tarde, cuando el huracán Gustav surgió inesperadamente, coincidiendo con la
llegada de nuestra delegación olímpica, y amenazaba a nuestro territorio,
escribí: "¡Suerte que tenemos una Revolución! Está garantizado que nadie
permanecerá en el olvido¼ Una fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege
a nuestra población¼ La frecuencia e intensidad crecientes de estos fenómenos
naturales demuestra que el clima cambia por culpa del hombre. Los tiempos exigen
cada vez más consagración, más firmeza y más conciencia. No importa que los
oportunistas y vendepatrias también se beneficien sin aportar nada a la
seguridad y el bienestar de nuestro pueblo."
Conozco los descomunales esfuerzos que la Revolución debe realizar cuando pasan
por el territorio nacional los huracanes. Puedo añadir que Cuba cuenta con
científicos agudos e insistentes como José Rubiera.
Cientos de millones de horas de trabajo se pierden en breve tiempo, cuando
ráfagas de viento baten directamente centros económicos y sociales de extensas
áreas del territorio nacional. Interminables lluvias acompañan a estos fenómenos
naturales. Los ríos se desbordan, barren cuanto encuentran a su paso e inundan
considerables zonas. Miles de instalaciones productoras de hortalizas, leche,
huevos, carne de ave y de cerdo, sistemas sofisticados de riego, son seriamente
dañados; decenas de miles de hectáreas de caña, granos proteicos, cereales y
frutales próximos a cosecharse son derribados; escuelas, policlínicos, lugares
de recreación y cultura, viviendas, techos, fábricas, almacenes, carreteras y
puentes son golpeados por los vientos y las aguas. En esta ocasión, los vientos
y las lluvias afectaron en mayor o menor grado a todas las provincias, al
transitar el huracán por los mares próximos al sur del país y atravesarlo por la
provincia más occidental con un radio de 30 kilómetros en el ojo y más de 450 en
el diámetro de los vientos fuertes.
Nada es tan desolador como la destrucción y el daño que se observa después de un
huracán. Cientos de miles de compatriotas se movilizan y trabajan intensamente
en la fase ciclónica y de recuperación. Las reservas se reducen o agotan. Hoy
más que nunca el golpe a los suministros de alimentos es costoso y sensible.
Pero este es nuestro país, la parte que nos correspondió de nuestro planeta, y
hay que desarrollarlo y defenderlo.
La tarea que tenemos por delante exige tiempo y experiencia. No se construye en
un minuto la verdadera Cuba y su noble pueblo, que ha sido capaz de compartir
con otros sus conocimientos e incluso parte de sus recursos y de su sangre. Por
eso ha sido adversario imbatible frente al poderoso imperio, que ha ensayado
contra nuestra patria todas sus armas.
Pero al mundo apenas se le habla de sus méritos y su extraordinaria lucha.
Hace dos días, el viernes 29, de once cables de prensa internacionales referidos
a Cuba, ninguno hablaba del huracán que avanzaba sobre nuestra isla y del febril
esfuerzo de nuestra Defensa Civil, con el apoyo generoso de millones de familias
cubanas bajo la dirección de una aguerrida vanguardia política.
Uno de los cables, suscrito por la DPA, agencia alemana de noticias, comunicaba:
"Popular actor cubano llega a Miami: ‘Me fui porque me cansé.’"
De inmediato añade: "El popular actor de telenovelas Yamil Jaled llegó a Miami
procedente de Cuba, para reunirse con su esposa cubanoamericana, informó hoy un
diario local.
"Jaled trabajó en conocidas series dramatizadas en televisión, teatro y cine, en
este último en superproducciones cinematográficas en Francia e Italia."
"Graduado de actuación en el Instituto Superior de Arte (ISA) en 1997, Jaled
comenzó su actuación profesional en el Teatro Rita Montaner, pero un año después
se incorporó a la televisión."
Después el cable dice que tiene 31 años, habla con amplitud de cualidades
artísticas y de su paso triunfal por la televisión. Se hace eco así de un órgano
de prensa yanqui destinado a la guerra mediática y las campañas contra Cuba.
¡Qué patriota, qué demócrata, qué brillante ejemplo el que nos presentan como
prototipo!, podríamos añadir los cubanos. De este modo se divulga al mundo un
tipo mucho menos conocido e importante que el huracán Gustav.
Quieren hacer de él una vaca sagrada. Las convicciones más profundas, a prueba
del tiempo y los vaivenes de la vida, no se alcanzan en un día. Hay que vencer
antes muchas tendencias que llevamos dentro.
No odio a otros seres humanos, pero odio la vanidad, la egolatría, el egoísmo,
la pedantería, la autosuficiencia, la ausencia de ética y otras inclinaciones
con las que los seres humanos venimos al mundo, y sólo la educación y el ejemplo
de los más sobresalientes en su batalla por ser mejores, triunfa e influye sobre
nosotros. Hace falta un mínimo de filosofía sobre la necesidad de la modestia.
Hay vacas sagradas que pretenden equiparar a nuestros Cinco Héroes, brutalmente
separados de su patria y de sus familiares más cercanos e íntimos, con los
mercenarios justamente sancionados por traidores y nunca sometidos a ultrajes
personales e inhumanos.
Lo que expongo en esta reflexión reafirma la convicción que deseo transmitir a
mis compatriotas, de que sólo sobreviven las ideas justas defendidas con valor,
dignidad y firmeza.
Fidel Castro Ruz
Agosto 31 de 2008
Reflexiones
del compañero Fidel
Lo que no se dijo sobre Cuba
Tomado de Cubadebate
Observé cuidadosamente las reacciones mediáticas de Occidente a mi reflexión del
domingo sobre los Juegos Olímpicos en China. Hechos sensibles incluidos en ella
fueron totalmente ignorados; otros aspectos eran exaltados ad líbitum por los
defensores de la explotación y el saqueo del mundo.
Veamos:
"Fidel Castro culpó hoy a los jueces y a la mafia del pobre papel de la
delegación cubana en los Juegos Olímpicos. También justifica al taekwondoca
cubano Ángel Valodia Matos, suspendido de por vida por darle una patada en la
cabeza al árbitro, y le manifiesta su total solidaridad."
"El ex presidente cubano llamó el lunes a realizar una profunda revisión del
deporte en Cuba. También expresó su solidaridad con un atleta suspendido de por
vida junto a su entrenador, por agredir a un juez."
"Castro manifestó total solidaridad con el taekwondoca inhabilitado de por vida
por agredir a un árbitro y un juez."
"Castro, solidario con el taekwondoca cubano inhabilitado por agresión."
Es larga la lista de párrafos similares. Fue el patrón de información que
divulgaron. No esperaba otra cosa. Estaba condenado, como los boxeadores
cubanos, ante árbitros y jueces sobornados, y sabía bien lo que publicarían.
Del hambre, la subalimentación, la carencia de medicinas, instalaciones y
equipos deportivos que padece el 80 por ciento de los países que allí
compitieron, no se menciona una palabra, como era de esperar.
Aplaudí el mérito del país que organizó los últimos Juegos Olímpicos. No vacilé
en reconocer las extraordinarias cualidades de los atletas que alcanzaron
éxitos. Aprecié las alegrías, emociones y aspectos humanos que transmitieron a
miles de millones de personas los galardonados. De modo especial valoré el
mensaje de paz que entraña una Olimpiada, frente al incesante espectáculo de
matanza, destrucción, genocidio y peligro real de exterminio que la especie
humana soporta cada día.
Lo que no se dijo de Cuba:
1.Es el único país donde no existe el deporte profesional.
2.Es el único país que hace años creó una gran Escuela Internacional de
Educación Física y Deporte de nivel superior, donde se han graduado muchos
jóvenes del Tercer Mundo y donde estudian en la actualidad alrededor de 1 500
alumnos sin pagar un solo centavo.
3.Es el único país en el que sus atletas de alto rendimiento estudian
gratuitamente como profesores de Educación Física y Deporte y ha graduado en
centros superiores de enseñanza a decenas de miles de ciudadanos en esa
especialidad, quienes prestan sus servicios a niños, adolescentes, jóvenes y
personas de todas las edades. Trabajan además muchos de ellos como cooperantes
en el Tercer Mundo, con un costo mínimo, o gratuitamente en determinados casos.
Así han contribuido al desarrollo internacional del deporte.
4.Es el único país, entre los que participaron en las Olimpiadas de Beijing,
económicamente bloqueado por el imperio más poderoso y rico que existió jamás.
5.Es el único país, entre esos mismos participantes, al que se aplica una Ley de
Ajuste, que además de los frutos sangrientos, viabiliza y estimula el robo de
atletas cubanos.
6.Nuestro país ha destinado un hospital especializado para atender la salud de
los atletas de alto rendimiento.
Las verdades no pueden ocultarse bajo la anestesia y los fuegos artificiales de
los Juegos Olímpicos.
Cuba ocupó el quinto lugar por medallas de oro en Barcelona en el año 1992,
cuando estábamos ya en pleno período especial.
En los últimos Juegos obtuvimos todavía 24 medallas entre oro, plata y bronce,
una cifra mayor que cualquier otro país de América Latina y el Caribe.
No vacilemos en analizar objetivamente nuestra actividad deportiva y en
prepararnos para futuras batallas, sin olvidar, reitero, que "en Londres habrá
chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo
impagable, y una fuerte dosis de racismo".
Cuando escribo estas líneas recuerdo que un ciclón, Fay, nos visitó en medio de
las Olimpiadas. A la misma hora en que arribaba ayer el grueso de nuestra
delegación, apareció la noticia de que otra perturbación ciclónica apuntaba
directamente a las provincias orientales. Hoy su fuerza es mayor y se ubica en
una trayectoria más peligrosa. Hay que fortalecer no sólo los músculos del
cuerpo, sino también los del espíritu.
¡Suerte que tenemos una Revolución! Está garantizado que nadie permanecerá en el
olvido. Si se pierden vidas, no serán cientos o miles, por un ras de mar, como
en Santa Cruz del Sur el 9 de noviembre de 1932, o un Flora el 3 de octubre de
1963, que inundó el corazón de las provincias del Este de Cuba, sin una sola
presa reguladora como las de hoy, que son además fuentes de regadío y agua
corriente. Una fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege a nuestra
población y le ofrece más seguridad frente a catástrofes que en los Estados
Unidos. Ningún peligro debe ser, sin embargo, descartado.
No hay que dormirse tampoco sobre los laureles. La frecuencia e intensidad
crecientes de estos fenómenos naturales demuestra que el clima cambia por culpa
del hombre. Los tiempos exigen cada vez más consagración, más firmeza y más
conciencia. No importa que los oportunistas y vendepatrias también se beneficien
sin aportar nada a la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo.
Fidel Castro Ruz
Agosto 26 de 2008
5 y 34 p.m.
Reflexiones de Fidel Castro
Para el honor, Medalla de Oro
Tomado de Cubadebate
Si se hace una estadística sobre el número de instalaciones, campos deportivos y
equipamientos sofisticados por millón de habitantes que acabamos de ver en los
últimos Juegos Olímpicos: piscinas de natación, de clavados y de polo acuático;
suelos artificiales para competencias de campo y pista, hockey sobre césped;
instalaciones para básquet, para voleibol; de aguas rápidas para kayak;
velódromos para bicicletas de velocidad, polígonos de tiro, etcétera, etcétera,
podría afirmarse que no están al alcance del 80 por ciento de los países
representados en Beijing, equivalente a miles de millones de personas que
habitan el planeta. China, inmenso y milenario país de más de 1,200 millones de
habitantes, invirtió 40 mil millones de dólares en las instalaciones olímpicas y
aún requerirá tiempo para satisfacer las necesidades deportivas de una sociedad
en pleno desarrollo.
Si se suman las personas que habitan India, Indonesia, Bangladesh, Pakistán,
Vietnam, Filipinas y otros, aparte de los casi 900 millones de africanos y más
de 550 millones de latinoamericanos, podrá tenerse una idea de las personas que
en el mundo carecen de tales instalaciones deportivas.
Es a la luz de estas realidades que debemos analizar las noticias que giraron
alrededor de los Juegos Olímpicos de Beijing.
El mundo disfrutaba de la Olimpiada porque la necesitábamos, porque deseábamos
ver las sonrisas y las emociones de los atletas participantes, y en especial de
los primeros lugares, que recibían el premio a su constancia y disciplina.
¿A cuál de ellos podría culparse de las colosales desigualdades del planeta en
que nos tocó vivir? ¡Cómo olvidar, por otro lado, el hambre, la subnutrición, la
ausencia de escuelas y maestros, hospitales, médicos, medicamentos y medios
elementales de vida que padece el mundo!
Sabemos lo que evidentemente desean aquellos que saquean y explotan el planeta
que habitamos. ¿Por qué desataron la violencia y agudizaron los peligros de
guerra el mismo día que se iniciaron los Juegos Olímpicos? Estos acaban de
transcurrir en apenas 16 días.
Ahora, cuando ya pasó el efecto de la anestesia, el mundo vuelve a sus
angustiosos y crecientes problemas.
Días atrás escribí sobre nuestro deporte. Venía denunciando desde hace rato las
repugnantes acciones mercenarias contra esa actividad revolucionaria y en
defensa del valor y el honor de nuestros atletas.
Mientras transcurrían las competencias, meditaba sobre estas cuestiones. Tal vez
no habría tomado tan rápido la decisión de escribir algo sobre el tema si no se
hubiese producido el incidente del atleta cubano de taekwondo Ángel Valodia
Matos —campeón olímpico hace 8 años en Sydney— cuya madre murió cuando competía
y ganaba la medalla de oro a 20 mil kilómetros de su patria. Asombrado por una
decisión que le pareció totalmente injusta, protestó y lanzó una patada contra
el árbitro. A su propio entrenador lo habían tratado de comprar, estaba
predispuesto e indignado. No pudo contenerse.
El atleta acostumbraba enfrentar valientemente las lesiones que suelen ser
frecuentes en el taekwondo. El árbitro le suspendió el combate cuando estaba
ganando tres a dos. No fue el único caso. Es muy grande el poder del árbitro en
ese tipo de competencias y ninguno el de los atletas. A los dos cubanos,
taekwondoca y entrenador, les fue prohibida la participación de por vida en
competencias internacionales.
Vi cuando los jueces les robaron descaradamente las peleas a dos boxeadores
cubanos en la semifinales. Los nuestros combatieron con dignidad y valentía;
atacaban constantemente. Tenían esperanzas de ganar, a pesar de los jueces; pero
fue inútil: estaban condenados de antemano. No vi la de Correa, al que también
se la arrebataron.
No estoy obligado a guardar silencio con la mafia. Esta se las ha arreglado para
burlar las reglas del Comité Olímpico. Fue criminal lo que hicieron con los
jóvenes de nuestro equipo de boxeo para complementar el trabajo de los que se
dedican a robar atletas del Tercer Mundo. En su ensañamiento, dejaron a Cuba sin
una sola medalla de oro olímpica en esa disciplina.
Cuba jamás ha comprado a un atleta o a un árbitro. Hay deportes donde el
arbitraje está muy corrompido y nuestros atletas luchan contra el adversario y
el árbitro. Antes el boxeo cubano, reconocido internacionalmente por su
prestigio, ha tenido que enfrentarse a los intentos de soborno y corrupción para
arrancarle a dentelladas las medallas de oro al país comprando boxeadores
altamente entrenados y curtidos, como tratan de hacer con peloteros u otros
destacados deportistas.
Los atletas cubanos que compitieron en Beijing y en vez de oro trajeron plata,
bronce o un lugar destacado en las competencias, tienen un enorme mérito como
representantes del deporte amateur que dio origen al resurgimiento del
movimiento olímpico. Son ejemplos insuperables en el mundo.
¡Con qué dignidad compitieron!
El profesionalismo fue introducido en las Olimpiadas por intereses comerciales,
que convirtieron al deporte y a los deportistas, como hemos dicho, en simples
mercancías.
Fue ejemplar la conducta del equipo olímpico de Cuba en la pelota. Dos veces
derrotaron en Beijing a la selección de Estados Unidos, el país que inventó ese
deporte que por intereses de las grandes empresas comerciales fue expulsado de
las Olimpiadas. El 2008 fue por ahora su último año de participación olímpica.
El partido final frente a Corea del Sur fue conceptuado como el más tenso y
extraordinario que se haya efectuado en una Olimpiada. Se decidió en el último
inning con tres cubanos en base y un out.
Los peloteros profesionales adversarios eran como máquinas diseñadas para
batear; su pitcher, un zurdo de velocidad, bolas variadas y precisión exacta. Se
trataba de un equipo excelente. Los cubanos no practican el deporte como
profesión lucrativa; son educados, como todos nuestros atletas, para servir a su
país. De no ser así, la Patria, pequeña en tamaño y con limitados recursos, los
perdería para siempre. No es posible calcular siquiera el valor de los servicios
recreativos y educativos que a lo largo de su vida prestan a la nación, en todas
las provincias e Isla de la Juventud.
En el voleibol, el equipo propinó una derrota a la selección norteamericana en
la fase eliminatoria, viniendo en ascenso desde lo último de la parte baja de
una escalera de más de 50 peldaños. Una hazaña que, aunque regresen sin
medallas, pasará a la historia.
Mijaín ganó con orgullo, en difícil prueba con un rival ruso, la primera medalla
de oro para Cuba.
Dayron Robles ganó el oro con amplio margen. La lluvia empapó la flamante pista.
Sin la humedad que aún restaba, hubiera podido romper fácilmente el récord
olímpico, además del mundial que había impuesto semanas antes en el difícil y
milimétrico evento de los 110 metros con vallas. Es un atleta disciplinado y
tenaz con 21 años y nervios de acero.
Yoanka González ganó la primera medalla cubana de ciclismo en una Olimpiada.
Leonel Suárez, que obtuvo en decatlón medalla de bronce, cumplirá 21 años en
septiembre. Los resultados alcanzados en cada uno de los diez eventos de su casi
inaccesible deporte impresionan.
Son tantos los atletas con grandes méritos, hombres y mujeres, que no se pueden
enumerar aquí, pero que es imposible olvidarlos.
Más de 150 atletas de nuestra pequeña isla participaron en la Olimpiada de 2008
y dieron la batalla en 16 de los 28 deportes en que allí se compitió.
Nuestro país no practica el chovinismo ni comercia con el deporte, que es tan
sagrado como la educación y la salud del pueblo; practica, en cambio, la
solidaridad. Hace años creó una Escuela Formadora de Profesores de Educación
Física y Deportes, con capacidad para más de 1,500 alumnos del Tercer Mundo. Con
ese mismo espíritu solidario celebra el triunfo de los velocistas jamaicanos,
que obtuvieron 6 medallas de oro; del saltador panameño con oro; del boxeador
dominicano con igual título, o el de las voleibolistas brasileñas que vencieron
arrolladoramente al equipo de Estados Unidos y ganaron la primacía.
Por otro lado, miles de instructores deportivos cubanos han cooperado con países
del Tercer Mundo.
Estos méritos de nuestro deporte no nos eximen en lo más mínimo de
responsabilidades presentes y futuras. En las competencias deportivas mundiales,
por las causas señaladas, se ha producido un salto de nivel. No vivimos hoy las
mismas circunstancias de la época en que llegamos a ocupar relativamente pronto
el primer lugar del mundo en medallas de oro por habitante, y por supuesto que
eso no volverá a repetirse.
Constituimos alrededor del 0,07% de la población mundial. No podemos ser fuertes
en todos los deportes como Estados Unidos, que posee por lo menos 30 veces más
población. Nunca podríamos disponer ni del 1% de las instalaciones y equipos de
diversa índole, ni de los climas variados de que ellos disponen. Otro tanto
ocurre con el resto del mundo rico, que posee por lo menos dos veces el número
de habitantes de Estados Unidos. Esos países suman alrededor de mil millones.
El hecho de que participen más naciones y las competencias sean más duras es en
parte una victoria del ejemplo de Cuba. Pero nos hemos dormido sobre los
laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. No importa lo que digan
nuestros enemigos. Seamos serios. Revisemos cada disciplina, cada recurso humano
y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en los análisis,
aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos. Distinguir entre lo que se hace
por la salud de los ciudadanos y lo que se hace por la necesidad de competir y
divulgar este instrumento de bienestar y de salud. Podemos no competir fuera del
país y el mundo no se acabaría por eso. Pienso que lo mejor es competir dentro y
fuera, enfrentarnos a todas las dificultades y hacer un uso mejor de todos los
recursos humanos y materiales disponibles.
Preparémonos para importantes batallas futuras. No nos dejemos engatusar por las
sonrisas de Londres. Allí habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra
de músculos y cerebros, costo impagable y una fuerte dosis de racismo.
Ni siquiera soñar que Londres alcanzará el grado de seguridad, disciplina y
entusiasmo que logró Beijing. Una cosa es segura: habrá un gobierno conservador
y tal vez menos belicoso que el actual.
No olvidemos la honradez, honestidad y prestigio profesional de que gozan
nuestros árbitros internacionales y los cooperantes deportivos.
Para nuestro atleta de taekwondo y su entrenador, nuestra total solidaridad.
Para los que regresan hoy, el aplauso de todo el pueblo.
Recibamos a nuestros deportistas olímpicos en todos los rincones del país.
Resaltemos su dignidad y sus méritos. Hagamos por ellos lo que esté a nuestro
alcance.
¡Para el honor, Medalla de Oro!
Fidel Castro Ruz
Agosto 24 de 2008
9:05 p.m.
Reflexiones de Fidel Castro
Carne de cañón
para el mercado
Tal vez algunos gobiernos desconocen los datos concretos, por eso nos pareció
muy oportuno el mensaje de Raúl fijando la posición de Cuba. Abundaré en
aspectos que no pueden abordarse en una declaración oficial precisa y breve.
El gobierno de Georgia no habría lanzado jamás sus fuerzas armadas contra la
capital de la República Autónoma de Osetia del Sur al amanecer del 8 de agosto,
para lo que denominó el restablecimiento del orden constitucional, sin la
concertación previa con Bush, quien el pasado mes de abril en Bucarest
comprometió su apoyo al presidente Saakashvili para el ingreso de Georgia en la
OTAN, lo que equivale a un puñal afilado que se intenta clavar en el corazón de
Rusia. Muchos Estados europeos que pertenecen a esa organización militar se
preocupan seriamente por la manipulación irresponsable del tema de las
nacionalidades, preñado de conflictos potenciales, que en la propia Gran Bretaña
puede dar lugar a la desintegración del Reino Unido. Yugoslavia fue disuelta por
esa vía; los esfuerzos de Tito por evitarlo fueron inútiles después de su
muerte.
¿Qué necesidad había de encender el polvorín del Cáucaso? ¿Cuántas veces irá el
cántaro al agua antes de romperse? Rusia sigue siendo una poderosa potencia
nuclear. Posee miles de armas de ese tipo. Debo recordar que, por otro lado, la
economía de Occidente extrajo ilegalmente de ese país más de 500 mil millones de
dólares. Si Rusia no significa hoy el fantasma del comunismo; si ya no apuntan
directamente hacia los objetivos militares y estratégicos de Europa más de 400
plataformas nucleares que fueron desmanteladas al desaparecer la URSS, ¿por qué
el empeño en cercarla con un escudo nuclear? El viejo continente también
necesita paz.
Las tropas rusas que se encontraban en Osetia del Sur estaban desplegadas en una
misión de paz reconocida internacionalmente; no disparaban contra nadie.
¿Por qué Georgia escogió el 8 de agosto, cuando se inauguraban los Juegos
Olímpicos de Beijing, para ocupar Tsjinvali, la capital de la república
autónoma? Ese día cuatro mil millones de personas en todo el planeta
presenciaron por televisión el maravilloso espectáculo con el que China inauguró
esos juegos. Sólo el pueblo de Estados Unidos no pudo disfrutar ese día la
transmisión directa y en vivo de la estimulante fiesta de amistad entre todos
los pueblos del mundo que allí se escenificó. El monopolio sobre los derechos de
transmisión había sido adquirido por un canal televisivo mediante el pago de 900
millones de dólares y deseaba obtener el máximo de beneficio comercial por
minuto de transmisión. Las empresas competidoras tomaron desquite divulgando a
esa hora las noticias de la guerra en el Cáucaso que no eran exclusivas de
nadie. Los riesgos de un conflicto serio amenazaban al mundo.
Bush sí pudo disfrutar el espectáculo como invitado oficial. Todavía el domingo
10, dos días y medio después, se le veía agitando banderas, fingiendo ser adalid
de la paz y preparado para deleitarse con las victorias de los magníficos
atletas norteamericanos, a los que sus ojos, acostumbrados a mancillarlo todo,
veían como símbolo del poder y la superioridad de su imperio. En sus ratos de
ocio, mantenía largas conversaciones con los funcionarios subordinados en
Washington, amenazaba a Rusia y alentaba los discursos, humillantes para ese
país, del representante de los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas.
Algunos de los antiguos países que integraban el campo socialista o parte de la
propia URSS, hoy actúan como protectorados de Estados Unidos. Sus gobiernos,
impulsados por un odio irresponsable contra Rusia, como Polonia y la República
Checa, se alinean en posiciones de apoyo total a Bush y al ataque sorpresivo
contra Osetia del Sur por Saakashvili, un aventurero de extraña historia que,
habiendo nacido bajo el socialismo en Tbilisi, capital de su país, se hizo
abogado en una universidad de Kiev, realizó cursos de posgrado en Estrasburgo,
Nueva York y Washington. Ejercía esa profesión en Nueva York. Se configura como
un georgiano occidentalizado, ambicioso y oportunista. Regresó a su país apoyado
por los yanquis y pescó en el río revuelto de la desintegración de la Unión
Soviética. Es elegido Presidente de Georgia en enero de 2004.
Ese país, después de Estados Unidos y Gran Bretaña, es el que más soldados tiene
en la aventura bélica de Iraq, y no lo hace precisamente por espíritu
internacionalista. Cuando Cuba, a lo largo de casi dos decenios, envió cientos
de miles de combatientes a luchar por la independencia y contra el colonialismo
y el apartheid en África, no buscó nunca combustible, materias primas ni
plusvalía; eran voluntarios. Así se forjó el acero de nuestros principios. ¿Qué
hacen en Iraq los soldados georgianos sino apoyar una guerra que ha costado a
ese pueblo centenares de miles de vidas y millones de damnificados? ¿Qué ideales
fueron a defender allí? Es muy lógico que ciudadanos de Osetia del Sur no deseen
ser enviados como soldados a combatir en Iraq u otros puntos del planeta al
servicio del imperialismo.
Saakashvili por su propia cuenta jamás se habría lanzado a la aventura de enviar
el ejército georgiano a Osetia del Sur, donde chocaría con las tropas rusas
emplazadas allí como fuerza de paz. No se puede jugar con la guerra nuclear ni
premiar el suministro de carne de cañón para el mercado.
Esta reflexión estaba elaborada, cuando Bush habló a las 5 y 30 p.m., hora de
Cuba. Nada desdice lo que aquí se analiza; sólo que la guerra mediática del
gobierno de Estados Unidos es hoy más intensa todavía. Es la misma maniobra
prediseñada que no engaña a nadie.
Los rusos han declarado con absoluta claridad que la retirada de los invasores
al punto de partida es la única solución decorosa posible. Ojalá los Juegos
Olímpicos puedan continuar sin ser interrumpidos por una gravísima crisis. El
partido de voleibol femenino contra un buen equipo de Estados Unidos fue
fenomenal, y la pelota no ha comenzado todavía.
Fidel Castro Ruz
11 de agosto de 2008
6 y 21 p.m.